La Importancia del Ensimismamiento
Artículo publicado en mi columna de opinión en el Diari Millars el 17 de Enero de 2017
Decía
Ortega y Gasset al principio de su obra “El hombre y la gente”, hoy más que
nunca el hombre tiene como tarea urgente poner en claro qué cosa es la sociedad o de lo contrario conceptos como
política , estado, derecho , colectividad, nación , revolución , guerra ,
justicia y y su relación con el
individuo no estarán claros y siempre caerán los individuos , los unos con los
otros , en disputas. Lo cierto es que esta reflexión orteguiana es de tanta
actualidad hoy como el día en que fue pensada por vez primera, hace ya
bastantes décadas. Y si esto es así; ¿qué mejor que tomarnos unos instantes para reflexionar
antes de pasar a la acción, antes de
defender a voz en grito qué cosa significa para nosotros la política, el
gobierno vigente en el país actualmente o las medidas en materia social y económica
llevadas a cabo en los últimos tiempos? O ya alejándonos del campo político y
centrándonos en cualquiera de los asuntos de la vida cotidiana en que las
medias voces pasan a verdaderos escándalos ya que, alterados y sin reflexionar,
creemos llevar la razón mientras
acusamos furibundamente al otro de estar errado.
Anda el hombre como loco, de aquí para allá, creyendo llevar la razón y
sin pararse a pensar un instante (¿consecuencia negativa de los tiempos que
corren?), anda el hombre totalmente e irremediablemente alterado.
La definición no podía estar más acertada.
Si seguimos la reflexión orteguiana nos percatamos de que ya en las primeras páginas de su escrito, distingue Ortega entre la alteración y el ensimismamiento entendiendo que el primero de los estados es más propio de las bestias que de los hombres mientras que el ensimismamiento es más propio de los segundos. Y es que mientras el animal se pasa el día entero alterado para poder sobrevivir, tanta fatiga le deja luego agotado y lo único que le es posible después del periodo de la alteración es el dormir. Por el contrario, el hombre posee la capacidad de contrarrestar la alteración con la capacidad de meditación, repliegue sobre sí mismo, salida del mundo durante unos momentos, de ensimismamiento. El ensimismamiento, la capacidad de meditar uno mismo consigo mismo es el atributo más esencial del hombre y la posibilidad que éste posee para revisar sus creencias y precisar en qué es lo que cree y qué es lo que de verdad estima y lo que de verdad detesta. Capacidad que el continuo estado de alteración del hombre destruye. La alteración lo obnubila, le ciega, en palabras de Ortega, le obliga a actuar mecánicamente en un frenético sonambulismo.
Es la capacidad de
ensimismamiento la más antinatural y ultrabiológica del hombre y la más
hermosa, pues nos permite escapar momentáneamente del mundo con el fin de
revisar nuestras creencias y nuestras propias ideas o de reformularlas, de
salir una vez más al mundo con un nuevo plan para enfrentarnos a él, y
consiguientemente aumentar nuestros momentos de meditación, de un lugar fuera
del mundo al que ir
Ortega entiende este proceso en 3
pasos:
- El hombre se siente perdido, náufrago en las cosas, es la alteración.
- El hombre, con un enérgico esfuerzo, se retira a su intimidad para formarse ideas sobre las cosas y su posible dominación; es el ensimismamiento, la vita contemplativa.
- El hombre vuelve a sumergirse en el mundo para actuar en él conforme a un plan preconcebido; es la acción, vita activa, praxis.
Lo que se puede resumir de la
siguiente manera, a saber: no hay
verdadera acción sin pensamiento, y no hay auténtico pensamiento si este no va
orientado a la acción. El ensimismamiento es pues, proyectar la acción
futura.
El destino del hombre es primaria
mente acción. No vivimos para pensar, sino que pensamos para lograr pervivir.
El poder de sustraerse al mundo y
el poder de ensimismarse no son dádivas dadas al hombre sino que tiene que
hacérselas él constantemente , y ello podrá llevarlo a cabo mediante la técnica
pues el quehacer mismo del hombre, la construcción de un mundo ultrabiológico
es lo que le permitirá ulteriormente poseer más tiempo para pensar, que se
caracteriza por ser una adquisición volátil , precaria y laboriosa.
Pues después de todo el hombre es
primariamente un hombre de acción pero ésta no puede llevarse a cabo si el
hombre no es capaz de ocuparse de sí mismo , interiorizarse , pararse a
reflexionar si va por el bueno camino. Si
no cambiamos el mundo desde nuestro interior, no lograremos cambiarlo en el exterior,
si no nos paramos a reflexionar, la alteración nos habrá ganado terreno y
seremos uno de tantos individuos que creeremos llevar la razón ya que
iremos soltando de carrerilla las mismas
definiciones y conceptos repetidos mil veces , sin habernos parado a pensar si
forma parte de nuestro auténtico pensar, instalándonos
en una vida de convenciones y olvidándonos
de nuestro auténtico yo . Entonces
cuán poco nos conoceremos a nosotros mismos o en palabras de Sócrates:
Cuán carente de sentido será una vida en la que no nos conozcamos a
nosotros mismos.
Muy buen tributo.
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